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Curso: Memoria Óptima x
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Memoria Óptima x

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Memoria y la Memorización

El tema de la Memoria es sumamente amplio, por lo que, para introducir nuestro curso, limitaremos el tema a través de una definición que enmarca el mismo. Hablaremos aquí de la memoria en su íntima relación con el aprendizaje, visto éste como el proceso en el cual una conducta o capacidad queda modificada en forma estable y duradera, a partir de un conjunto de experiencias. El dilema “entender o memorizar”, por tanto, es aparente y falso, pues entender y olvidar no es aprendizaje, ni lo es memorizar sin haber entendido. El aprendizaje, para ser verdadero, requiere de una comprensión del asunto estudiado y de su permanencia en la memoria.

La memoria es la capacidad de retener aquello que se percibe en el presente, para ser usado en el futuro y, a la misma vez, la capacidad que tenemos para olvidar el resto de las experiencias e información. Esto se verá más claro cuando hablemos del carácter selectivo de la memoria. Memorizar es el proceso de pasar algún concepto de la memoria inmediata o de trabajo, a la memoria a largo plazo.

Desde la antigüedad, la memoria fue clasificada en dos clases, la natural y la artificial. La memoria natural es la que tenemos y manifestamos sin ayuda, que surge con el pensamiento en forma involuntaria. La memoria artificial es una memoria fortalecida por un entrenamiento. Una memoria natural, buena o mala, puede ser mejorada por la disciplina que llamamos el Arte de la Memoria.

La comprensión de cómo funciona nuestra memoria y sus características es esencial para que el entrenamiento dirigido a su mejoramiento tenga una efectividad mayor.

Características

En primer lugar, resaltaremos el carácter selectivo de la memoria.

No existe memoria absoluta y los pocos casos que se conocen clínicamente de personas con algo parecido a ello, revelan individuos con muy poca capacidad para más nada. La memoria es, entonces, un proceso en el cual se selecciona aquello que se va a retener y aquello que se va a olvidar. El olvido, por tanto, no es “ausencia” de memoria, si no una parte integral de la misma. Recuerdo y olvido son dos caras de una misma moneda, la memoria. Olvidamos unas cosas para poder recordar otras.

Nuestro primer problema con la memoria es, pues, cómo seleccionamos lo que vamos a recordar y lo que podemos olvidar.

¿Qué factores inciden en la selectividad de la memoria? No son, ciertamente, la frecuencia o la duración. Si así fuera, la memorización por vía de la repetición una y otra vez, la famosa “botella”, sería efectiva pero, como sabemos, ayuda muy poco. La memoria se estimula por el impacto emocional, la percepción sensorial, los intereses, la motivación y el orden, como veremos más adelante en detalle.

En primer lugar, recordamos de acuerdo al impacto emocional y sensorial de la experiencia. Lo que nos ha impactado fuertemente de esa manera lo recordamos con facilidad y lo que no tuvo ese efecto en nosotros es olvidado. Recordamos los eventos dolorosos, los alegres, los muy especiales, de la misma manera que olvidamos lo común, lo que pasa como todos los días.

Allí donde hay una fuerte emoción y sensaciones, habrá recuerdo. De manera que uno de los requisitos principales de cualquier técnica de memorización es que el dato, tema, número, nombre que queremos recordar tiene que causar en nosotros un fuerte impacto emocional y sensorial. Más adelante veremos cómo se logra eso.

En segundo lugar, la memoria se estimula por la asociación de unos y otros elementos a ser memorizados. Asociaciones basadas en el tiempo y el espacio, así como en la semejanza y el contraste permiten una memorización de distintos elementos o conceptos. Asociar nuevos conocimientos a otros previos y ubicarlos en una categoría de conocimientos ya existente en nuestra mente, permite memorizar mucho mejor que si se intenta en forma separada.

En tercer lugar, veamos algunos factores significativos en el proceso de formación de la memoria:

 

  • Sentido- Aquello que tiene sentido se aprende y recuerda mejor que lo que no lo tiene. Recordamos mejor lo que hemos comprendido.
  • Interés- Se aprende y recuerda aquello en lo que se tiene interés y motivación de recordar.
  • Orden- Recordamos mejor información que aparece en un orden o patrón que nos parece lógico.
  • Impacto- Recordamos aquello que nos ha causado un impacto emocional. Aquí entran en juego todas nuestras emociones y es particularmente importante el primer impacto.
  • Excepción- Recordamos mejor aquello que se sale de lo usual, que llama nuestra atención por alguna característica poco común.
  • Dirección- Se memoriza mejor si se capta primero la idea general y luego se va a los detalles.
  • Consistencia- Es más efectivo memorizar en varios periodos cortos durante varios días que en un largo periodo un mismo día.
  • Reaprendizaje- Lo ya aprendido, aunque se haya olvidado, se reaprende con más facilidad que la primera vez.
  • Concentración- Más concentración es igual a mejor retención.
  • Repetición- La repetición no es efectiva a menos que se escoja primero sólo lo que se tiene que recordar, y se repita sólo eso, en vez de repetir o releer todo de nuevo. Llamamos a lo primero repetición activa y, a lo segundo, repetición pasiva.


Proceso

Hay, en el proceso de la memoria, tres etapas distinguibles.

 

  1. La adquisición es el momento en el que un elemento es captado.
  2. La retención es el tiempo en el cual el elemento permanece en la mente.
  3. El recuerdo es el momento en que el elemento es traído a flote nuevamente o recordado. Hay dos tipos de recuerdo:
  • Reconocimiento, cuando se recuerda por que se ve, escucha o, en general, se siente algo que trae a la mente lo que ya se había conocido anteriormente.
  • Evocación, cuando se recuerda algo sin tener nada en frente que lo provoque.

En el proceso de mejoramiento de la memoria trabajamos con las tres etapas. Mejoramos la adquisición preparando, desde ese momento, su registro y posterior evocación. Luego, desarrollamos un procedimiento sistemático de retención y, por último, creamos las herramientas que van a permitir la evocación efectiva en el momento necesario.

Memorización

Existen dos enfoques hacia la memorización.

El más generalizado es el de la repetición mecánica de lo que se ha estudiado. La mayoría de las personas lo aplica en forma espontánea, pues no se enseña en la escuela ni en la universidad, producto, en gran medida, del desdén con que el sistema educativo trata el asunto de la memoria. Se insiste en que lo importante es entender y no memorizar, pero, como entender y olvidar no tiene sentido, el estudiante acude a recursos inefectivos. Estos tienen, como consecuencia, el empleo de un exceso de tiempo y esfuerzo en tratar de memorizar por repetición, lo que va en detrimento del tiempo y el esfuerzo que se debería de usar en comprender el tema.


Afortunadamente, existe otro enfoque, fundamentado en el estudio del funcionamiento de la memoria, y es el que estudiamos en este curso.

Este es un enfoque racional y lógico, basado en asociaciones sistemáticas de conceptos ordenados y conectados por su sentido y su significado y representados por imágenes mentales efectivas.
Este enfoque se puede desglosar en dos partes. Una es la ordenación de acuerdo a su sentido, significado y correlación de los conceptos a ser memorizados, expresados en forma sintetizada. Esta parte del proceso es el corazón del curso Método de Estudio que ofrecemos en forma separada de este curso.

La segunda parte es la asociación sistemática, siguiendo un procedimiento riguroso, de los conceptos a ser memorizados, valiéndonos de representaciones mentales de los mismos, a las cuales llamamos imágenes mentales. El trabajo con la Memoria que estaremos realizando es, fundamentalmente, el aprendizaje y aplicación de sistemas de asociaciones de imágenes mentales.

La imagen mental es clave en este proceso, pues, como hemos visto, la memoria selecciona, entre otros criterios, a base del impacto emocional y las percepciones sensoriales que tenemos. La asociación del concepto, por abstracto que sea, a una imagen mental hará que podamos memorizar cada concepto en forma segura.

Una imagen mental es una representación de un concepto que hace uso de todos los elementos de reconocimiento emocional y sensorial que podamos asociar al concepto. Para ser efectiva, deberá tener tantos elementos emotivos y sensoriales como sea posible, deberá ser clara y definida en su vinculación con el concepto y deberá estar atada a la experiencia propia. Una buena imagen será impactante a nuestras emociones y a nuestros sentidos, claramente asociada al concepto y espontánea, personal.

La combinación de un método de análisis, resumen y organización de la información y un sistema de memorización basado en la fuerza de la imagen mental da al estudiante una capacidad máxima de comprensión de los temas unida a una capacidad enorme de retención de los mismos.

Preguntas sobre Memoria y memorización

 

Las siguientes preguntas recogen lo tratado en esta introducción. Intenta contestarlas y, de no poder, regresa al texto para repasarlo.

1. ¿Cuál es la definición de Memoria?

2. ¿Cómo se distingue memoria de memorización?

3. ¿A qué se refiere el autor con “memoria natural”? ¿Y con “memoria artificial”?

4. ¿Qué factores tienen que ver con la selectividad de la memoria? ¿Cuáles descarta el autor?

5. Trate de recordar algunos de los factores que se mencionan como importantes en el proceso de formación de la memoria. En el texto se mencionan 10.

6. ¿Cuáles son las tres etapas del proceso de la memoria?

7. ¿Cuál es el enfoque de memorización que el autor descarta?

8. Trate de expresar en sus propias palabras lo que quiere decir el autor al presentar su enfoque recomendado de memorización.

9. ¿Qué es una imagen mental?